Aquí, en este pequeño lugar rodeado de montañas, nos rompimos los cuernos para encontrar el mejor producto. Un rincón en la Garrotxa donde intentamos cuidar lo que hacemos, sin complicarnos, pero siempre cuidando el detalle.

Buscamos, probamos, viajamos, conocemos, y al final lo encontramos, ese vino que nos despierta emociones, al pescador que nos elige el pescado en la lonja, el campesino que nos labra el huerto o el ganadero que nos elige lo mejor de su ganado. Con esta combinación y experiencia de los últimos años llegamos a nuestra filosofía dentro de la cocina: la sencillez, donde encontramos la esencia en el origen de cada producto.